viernes, 20 de febrero de 2009

¿Conformismo ?

Conversación de jueves tarde que lleva a grandes reflexiones.

No hay blanco o negro hay tonos intermedios, el amor como concepto no existe, sí como reacción química y como proceso fisiólogico y psicológico, pero se crean unas expectativas que obviamente no se cumplen porque no es lo que se vende, eso no significa que no existan otro tipo de relaciones interpersonales que si logren eso que todos buscamos, por lo tanto aunque no exista el AMOR como concepto, pero sí como reacción química, no quiere decir que haya que amargarse, simplemente saber buscar para no acabar como tú bien dijiste con alquien que es incapaz de hacerte sentir plena.

Es mejor encontrar a la persona que te complemente y te haga plenamente feliz no parches temporales pero claro eso es más cómodo y más práctico, pero que yo ni tengo prejuicios ni juzgo a nadie ofrezco soluciones y explicaciones =)
Luego cada cual que tome el camino que desee jajaja y enamorarse ad eternum es una buena solución pero ten en cuenta como rompes una relación que no va mal pero que se acaba el AMOR, explícale que le dejas no porque sea mala persona o te haya fallado sino porque tienes que volver a sentir lo que ya no sientes y eso en el mejor de los casos jajaja así es que suerte y si no eres capaz de romperlo te quedas con alguien por el que ya no sientes lo mismo sólamente cariño :) conformismo lo llaman.

sábado, 14 de febrero de 2009

El hombre

Entre otras cosas…me hace sentir protegida en cada uno de sus abrazos, y yo puedo saber que estoy a salvo de cualquier cosa que quiera hacerme daño en ese momento en el que apoyo mi cabeza en su hombro… Y me coge de la mano para cruzar la calle si es preciso…. Y no me salva, porque no lo necesito, y tampoco me ayuda a levantarme cuando me he caído porque siempre procura sostenerme un poco para no dejarme caer, porque el puede tener la certeza de que yo haré exactamente lo mismo y haremos malabares si es preciso para que exista un equilibrio.

El hombre que quiero y yo tenemos magia. Química. Feeling. Tenemos ese algo que nadie sabe exactamente que es pero hace que dos personas se miren y se comprendan. Estén juntas porque saben perfectamente que nadie en este mundo les haría más feliz. Porque el tiempo pasaría volando entre risas y abrazos. Entre besos y sueños. Porque dos personas bastan para parar el universo entero.

El hombre que yo quiero no me agobia cuando necesito estar sola porque tiene la suficiente confianza en mí para entender que soy así y que a veces, solo a veces, necesito estar sola. EL hombre que yo quiero no me exige más de lo que yo puedo dar, porque lo poco o mucho que doy lo hago con toda mi alma. Ese hombre no me chantajea para conseguir lo que él quiere, porque entiende que somos una unidad y tenemos que decidir de forma coherente y no dejarnos llevar por la furia del momento. El hombre que yo quiero, respetará mis silencios. Los respetará porque el si sabrá que si no hablo es que en ese momento me están invadiendo mil millones de sentimientos y tengo que recapacitar sobre ellos. Me dará tiempo para reflexionarlos y reconocerlos y solo entonces, hablaremos.

El hombre que yo quiero… no me decepcionará nunca. Sabrá que lo que me mueve es la ilusión y que matarme la ilusión por las cosas hace que me quede parada, que me llene de barro. Que llore sin entender que ha pasado para llegar a una situación así. Sabrá que sin ilusión soy un reloj sin minutero. Soy una especie de rotura. Soy como un barco a la deriva.

Echo de menos al hombre que yo quiero. Lo echo muchísimo de menos porque no sé donde se quedó, ni donde está, ni sé si volverá, ni se si existirá ...

domingo, 8 de febrero de 2009

¿ Por qué ?

El amor llega sin avisar. Llega despacio o veloz, se cuela por las rendijas de tu pecho, por los resquicios de los escombros, se filtra en las heridas, en las cicatrices que adornan tu corazón. El amor es imprevisible. No hay carteles luminosos en el camino que te advierten de que vas a su encuentro. Es una descarga eléctrica. Es una bocanada de aire en la ventana abierta de par en par de tu vida. El amor es un escalofrío en la columna vertebral a mirar a los ojos a esa persona.

Mariposas que revolotean el estómago. Sonrisas que te delatan. Miradas furtivas. Palabras que evocas una y otra vez más en tu cabeza. Una nube rosa, mullida y cálida que te acuna en tus sueños, cuando estás despierta. Tiemblas en su presencia. Sonrisas. Un mundo que se desvanece para quedarse en dos. Perderse en una mirada. En una caricia furtiva. En un roce que te eriza la piel….

Pero toda cara tiene su cruz.
Pretendemos racionalizar los sentimientos. – yo también- siempre he pensado que ha sido un fallo, pero aún así yo lo sigo cometiendo. La experiencia – tan necesaria para valorar por uno mismo- y sobre todo las malas experiencias nos previenen, nos alertan, no nos permiten disfrutar del todo de esa sensación de volar aunque sigamos pisando el suelo. El fantasma del pasado nunca se aleja. Nunca se desvanece ante lo nuevo – que ya hemos vivido otras veces- que nos recuerda que donde hay una cicatriz alguna vez hubo herida. Donde un día apostamos hay una pérdida. Donde una vez hubo un raspón hay una caída. Porque es tan humano tener miedo al amor como enamorarse. Porque la experiencia son piedras pesadas en nuestra mochila particular. Porque la memoria es un libro grande, donde escribimos nuestra historia.
Tan igual y diferente siempre. Tan conocido. Tan nuevo. Tan extraño.


El amor nos hace vulnerables, de ahí viene ese miedo a dejarse llevar por él. Porque la fragilidad de sentir algo fuerte crea inseguridad, porque sentir que no tenemos el control – por muy bonito que sea ese sentir- nos inquieta. Porque cuando no estamos enamorados, cuando no queremos, al menos estamos seguros, protegidos, ajenos a un futuro que puede traernos dolor. Por eso pisamos tierra y no nos permitimos soñar del todo. Porque el futuro incierto encierra inestabilidad. Porque el pasado, pesa, porque aunque hayamos dejado atrás los errores, los fallos, los daños, los derrumbes, siempre serán parte de nuestro corazón, cada cicatriz, cada moratón, cada sueño que se desvaneció, que rompieron, que perdimos… siempre pesa.

Pero ¿no es mejor intentarlo aunque perdamos que perder antes de empezar? ¿No es más cobarde alejarse ahora que alejarse después si es necesario? ¿Qué sentimiento no tiene riesgo? ¿Qué empresa en nuestra vida no tiene un mínimo de error en el cálculo de beneficios? ¿Quién somos nosotros para cuestionar algo tan mágico como el amor?

Porque no sentir en el fondo nos hace sentir tierra yerma. Porque no creer en el Amor nos hace aún más vulnerables a él. Porque nos perdemos la esencia del ser humano. Querer a los demás, de mil formas diferentes, porque siempre he creído que es mejor perder mil veces que no intentar ni una… porque por mucho que luchemos contra no sentir, el amor es un canto de sirena que nos lleva inevitablemente siempre hacía él. y es mejor amar una vez en la vida y haber perdido a ese amor, que no haber amado nunca.