sábado, 20 de diciembre de 2008

Vendrán dias...

Hace un tiempo soñaba con cosas tan distintas a las que he conseguido, a las que ahora sueño, que sería casi imposible decir que esa persona es la misma…

Se han cerrado puertas. Se han abierto heridas que cicatrizarán con el paso del tiempo. Se ha cerrado el paso a la nostalgia, y también a la tristeza. Tengo días malos, días que se inunda la oficina y yo me río y lloro al mismo tiempo. Días en los que me pesa todo un poco, días en los que por lo que yo interpreto como un malentendido, una de las personas que más quiero en esta vida me hace (y le hago) daño. Días en los que no entiendo que ha podido pasar por cabezas ajenas, que me rompen los esquemas mentales en los que trato de juntar unas supuestas piezas que se han caído de mi puzzle personal. Días en los que odio con toda mi fuerza y ese odio me mata porque no soporto odiar, porque lo que se odia no se cura.

Tengo días en los que me inflo a llorar muriéndome de una pena que no sé de donde sale, días en los que tengo en la espalda cargas inútiles, destrozos que yo misma me he hecho y sensación de que el mundo pesa tanto que no puedo evitar hundirme.

Tengo días en los que me siento insegura. En los que no sé exactamente a donde voy, si he escogido un camino adecuado o si he vuelto a meter la pata, días en los que quisiera saber que hago aquí, en este punto de mi vida, y si realmente es lo que yo quiero. Días en los que lloro aun estando contenta porque he visto una peli en el cine que me ha hecho llorar aún muriéndome de la vergüenza (por la compañía más que nada) Días en los que no tengo nada claro, ni quiero saberlo.

Días en los que me paro, y siento, y lo que siento es bueno. Días en los que lo veo todo de color rosa, días que soy feliz porque realmente lo soy, porque me siento una persona afortunada, porque voy paso a paso encaminando mis objetivos, siendo sincera conmigo misma y con mis posibilidades. Días en los que me gusto, y me sonrío mucho, y me veo jodidamente guapa, guapa por dentro, por fuera, guapa sin más. Días en los que me quiero tanto, y tan de veras que creo que solo por eso, todo tiene que salir bien.


Porque la vida son días vividos y sensaciones por vivir. Buenas, malas, peores y mejores, en una mezcla de un alma que a veces sueña, otras muere y las que más, permanece en pie.

Vendrán dias, han de venir.... Manolo García

sábado, 13 de diciembre de 2008

Luna llena

Tengo tanto que decirte y no puedo…

Se me hace escarcha las palabras, y sé que a tu infierno no llegan mis alas… la esperanza se me ha hecho suero. Gota a gota. Dándome un poco de aliento para intentar dártelo a ti porque me muero contigo cuando te matas otro poco.

Te miro, pero no demasiado, tienes los ojos llenos de llanto seco, la cara desencajada y donde habitualmente encuentro tu sonrisa sólo una mueca que es el rastro del túnel que parece no tener salida, pero la tiene. Casi puedo escuchar tu corazón que lucha. Escúchalo, porque te me mueres de dolor aquí al lado y tu dolor me mata, me borra las lágrimas y se me encharcan los zapatos de impotencia.

Silencio que nos abraza en la minúscula estancia. Me deslizo entre pensamientos teñidos de verde, después del abismo, el verde. Podemos pasear juntos del brazo por el verde de los prados. Te puedo tender la mano, darte mis alas, pintarte el alma con el azul líquido del cielo despejado, pero eres tú el que tienes que saltar. Saltar ese abismo blanco… Abismo blanco, cal incrustada en tus espacios.

La vida enquistada en las esquinas de tu alma… cuanto quisiera hacer y no puedo ni sé, te ofrezco mi almohada, donde nacen sueños, te ofrezco mi risa estrellada, mi trozo de corazón que te pertenece… pero sólo estoy. Sólo soy lo que tú quieres que sea. Tu amiga, tu confidente, la columna que soporta los puñales que te clavas…. Y se me vuelca la tristeza y se me pierde la mirada enmarañada de lágrimas, y se me arañan los recodos, los huecos. Y me rompo como siempre que te veo, pero no me rindo, porque estás vivo.

Porque mientras me quede un hálito de aliento te diré de tu brillo, de las noches de luna llena, de aquellas en la que mengua, del sol, de lo inmenso, de lo eterno, del baile de fin de curso, de los lomos del caballo que es la felicidad, de los saltos sin paracaídas que a veces tienes que realizar, de la vida, que da a luz todo un mundo imperfecto por describir, por inventar, por pintar.

Porque brillas en esa oscuridad en la que estás, y porque aunque a veces no lo parezca si que hay caminos de ida y vuelta, porque mientras late el pecho, hay fe, porque las personas que nos quieren a veces nos hacen de brújula cuando estás perdido.

Ven, salta, con fuerza, vuela…. Te estamos esperando al otro lado del abismo blanco.