miércoles, 3 de septiembre de 2008

Mi guerra

Se quedan en los labios frases que manchan un poco el sentido común, un “te quiero” resbaladizo, que se hunde sin más remisión. Un “lo siento” vencido que se esconde en el fondo de alguna desconsolada madrugada. Se nos atragantan palabras, gestos, o ganas de llamar que se acaban muriendo ante nuestros ojos sin que nosotros hagamos absolutamente nada.
Se nos escapan momentos por vivir convencidos por el miedo, se nos deslizan los sueños por las alcantarillas de la razón. Se nos acaban las chispas y seguimos creyendo que no supimos encender el fuego… se congelan latidos del corazón por no mirarnos en el espejo, por no reconocernos ni a nosotros mismos… creemos que volamos cuando solo estamos huyendo, nos creemos dioses cuando no llegamos ni a seres humanos…
Y vamos formando nudos que nos van ahogando, diques que retienen sentimientos que palpitan, que nos reclaman, que a veces nos desbordan y vienen los reproches, los “debí hacer esto”… queremos ponernos un salvavidas cuando aún no nos hemos echado a la mar. Pisamos el freno, y no cogemos ni un mínimo de aliento antes de comenzar a caminar…
Porque el miedo, el orgullo, la estupidez, el más que abusado sentido común a veces nos hace parar cuando hemos cogido el teléfono para preguntar ¿Qué tal estás? O arrepentirte acto seguido de aquel “te echo de menos y no estás”… Porque un día te suena el teléfono y ves que ese dique auto impuesto se ha roto, que por esta vez ha ganado la batalla el sentimiento, pero tu interior te está gritando, que habrá muchas batallas más y que quizá el orgullo, el miedo o la rabia nos ganen la guerra a los que pensamos que este mundo está jodidamente falto de valientes que se enfrenten con lo que de verdad sienten.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre fuiste muy orgullosa, el querer superarte no te deja ver lo que tienes a tu alrededor,consejo: haz lo que te dicte tu corazón.
R.G

Anónimo dijo...

Demasiado profundo para estas horas de la noche. Pero esta interesante, mañana sigo con los demas.
Rafa Nadal