viernes, 18 de julio de 2008

charcos

No sé si alguna vez has sentido que tienes un charco dentro y que no puedes llorarlo, que las lágrimas no lo secan, que los rayos de sol no son suficientes, puedes tocar las cosas que te pasan pero no tienes tacto y las cosas que vas viviendo no tienen sabor, ni pican, ni están saladas ni son dulces, sólo te calman el hambre de vivir y nada más.
Y no sabes por qué estás hastiada de sentir y no sentir, porque te atragantas con algo que no es definible ni tiene color, ni sombra, ni nada. ¿Cómo explicas que te pasa si realmente no sabes que te pasa? Porque no puedes poner tiritas a las heridas que no ves, que quizá estén, y que quizá sean las más difíciles de curar, o que quizá no existan, pero no lo sabes, porque te miras los huecos de tu corazón y sólo ves eso, huecos, no ves cosas que se van, que se fueron o que están. No ves nada más que los agujeros que se llenan de charcos, charcos que no se vacían.
Porque no tienes yeso, cemento o arena para un vacío existencial, porque las experiencias no te bastan, y porque no hay nada que te motive lo suficiente, ¿Qué ha pasado? Porque quizá las ilusiones se marcharon por la puerta de atrás, no sé, ¿Tengo puerta de atrás en el alma? porque puedo decir que nadie entiende como me siento, pero quizá si, porque hay sentimientos universales, al fin y al cabo todos lo son, porque sé que mi corazón tiene hambre y sed pero no tiene ganas ni de comer ni de beber. No sé… porque me da pereza todo, porque siento que me aislado del mundo, que he cortado los vínculos, las emociones que antes me colgaban de las nubes o me bajaban al suelo, porque no soy capaz de llorar con ganas ni de reír con fuerza, porque siento que estoy en un punto muerto, en una apatía que me mata, aunque a mi me de igual que me esté matando, y quizá no me de igual, pero tampoco lo sé.
Vivo en una permanente cuerda floja, donde los hilos que me atan a mi vida los voy cortando sin querer, o queriendo, no lo sé. No estoy triste, ni feliz, ni tranquila, ni intranquila. Nada me duele, nada me hiere, nada me entristece… y a la vez me duele todo, todo me hiere y todo me entristece.
Estoy vacía.

Llena de charcos pero vacía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un día puede ser un momento más,
un día puede tener el color
que diga tu corazón,
nublado, lleno de vida,
azul como las ilusiones,
rosa como los sueños,
pero un día siempre será un instante,
si todos los días de tu vida son iguales.

Al final de tu vida,
en ese parpadeo de un segundo,
te habrá parecido que has vivido
un solo día de tu vida.

Haz de cada día un instante único,
quizás sólo lo consigas con una mirada,
con una sonrisa, con un pensamiento.

Pero intenta que cada día sea
una foto única en el paseo de tu vida.

Si en algún momento de esa vida,
he pasado por allí, me conformo
con haberte proporcionado esa sonrisa,
ese pensamiento, ese brillar de tus ojos.
alguien que no te olvida!!

rekete dijo...

Gracias!! a todas aquellas personas k me leen,a las que calman mi silencio,a las que me hacen reir todos los dias,a las que confian en mi,a las que soy importante en su vida,a los que me kieren,para las k sifnifico algo,a los k me ponen apodos,a las k un dia dije k no olvidaria,para los k no me olvidan,de los k aprendi,a los k me enseñaron la vida,a los k me escuchan,a los k me hacen sentir...
siempre gracias!!